jueves, 29 de octubre de 2015

PORQUÉ NOS ANTICIPAMOS A LOS ACONTECIMIENTOS. CONTROL DE LAS PREOCUPACIONES.

Todos nos preocupamos con más o menos frecuencia. El problema está en cuando esto se convierte en una constante en nuestra vida cotidiana y tendemos a adelantarnos a los acontecimientos. 
Hemos de ser conscientes de que preocuparse no soluciona nuestros problemas, aunque a veces no se pueda evitar. Lo único que  genera es estrés y ansiedad. 

Quiero compartir con ustedes cuáles son las consecuencias de la falta de control sobre las preocupaciones, las diferentes actitudes y qué podemos hacer:


¿PORQUÉ NOS PREOCUPAMOS?

Cuando nos preocupamos, tratamos de adelantar en nuestros pensamientos aquello que tememos que nos pueda pasar creyendo que así podremos intervenir o evitarlo. Creemos que en parte podemos controlar las circunstancias o que estamos haciendo algo para solucionar lo que nos inquieta y en realidad lo que hacemos es ponernos más nerviosos.

Algunas personas tienen tendencia a estar constantemente preocupadas, bien porque así lo han vivido y aprendido de sus progenitores o porque forma parte de su carácter, personas temerosas que necesitan tenerlo todo controlado, pero que sobre todo, viven con miedo a lo que les pueda suceder.



CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE CONTROL

Ante la falta de control de las preocupaciones, las personas empiezan a sufrir estrés y ansiedad. No pueden controlar sus pensamientos, se bloquean y eso crea tensiones y mal humor afectando a su estado de ánimo, rendimiento profesional y relaciones personales y sociales.

Hay ocasiones en que las preocupaciones están justificadas y es lógico preocuparse por un problema que está sucediendo o que realmente va a suceder.
Pero otras veces nos adelantamos a los acontecimientos y nos angustiamos por hechos o cosas que lo más probable es que ni sucedan. Hay que tener en cuenta que las preocupaciones no van a solucionar nuestros problemas, preocuparse en exceso no conduce a nada. Es algo inútil. Y es muy importante romper esta tendencia a preocuparse por cualquier cosa y aprender a controlar estos pensamientos y sentimientos que nos hacen sufrir.


ACTITUDES

Actitud derrotista - Si pensamos que lo que nos preocupa no tiene solución o que vamos a fracasar en el intento de solucionarlo, estamos reduciendo las posibilidades de arreglarlo por nuestra actitud negativa

 Actitud positiva- Pensar que todo va a salir bien y estar seguros de nosotros mismos y convencidos de que hay solución garantiza un resultado exitoso y favorable a nuestros deseos. Predispone a la lucha y a mantener una actitud activa y a no dejarnos llevar por el desánimo.

Buscar soluciones - Lo mejor que podemos hacer ante las preocupaciones es buscar si aquello que nos preocupa tiene o no solución. Si la tuviese hemos de actuar activamente buscando la mejor solución. Si no la tuviese, estamos preocupados por algo inevitable que no se puede solucionar y que mejor que asumamos cuanto antes y no nos atormentemos pensando constantemente en ello.

Evitar anticiparnos - A veces nos preocupamos por hechos que pensamos que pueden ocurrir pero que no están sucediendo. Nos adelantamos a los hechos y sufrimos como si realmente estuviese pasando cuando lo más probable es que nunca llegue a ocurrir. Ante estas circunstancias, la mejor actitud es huir de estos pensamientos y ocupar rápidamente nuestra mente en otras cosas.




¿QUÉ HACER?

Lo mejor es evitar preocuparse por un futuro que puede no suceder. A esas personas que con frecuencia tienen pensamientos negativos sobre lo que les podría ocurrir como una enfermedad, accidente, quedarse en paro, etc,  estos pensamientos solo consiguen alterar y provocar cierta ansiedad, incluso hay quien puede llegar a obsesionarse hasta el punto de empezar a desestabilizarse emocionalmente.
Es importante para controlar las preocupaciones saber controlar nuestras emociones, para que nuestros pensamientos y sentimientos no nos afecten negativamente y nuestra mente no esté constantemente ocupada en algo inútil.

Cuando las preocupaciones nos invaden hemos de mantener la mente ocupada para no dar rienda suelta a la imaginación y no permitir esos pensamientos que nos amargan la existencia. Mantener la mente ocupada en nuestras obligaciones, trabajo, familia, amigos...en definitiva, obligarnos a mantener la mente ocupada realizando actividades que nos mantengan alejados de esas preocupaciones. Cuanto más ociosos y desocupados estemos más tiempo estaremos dándole vueltas a lo mismo.




I.S.M








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